miércoles, 30 de marzo de 2022

MAL DE OJO






¿Lo escuchas?

allá en  la distancia, en la colina donde nos conocimos cuando aún éramos niños. 
Es el llanto del tzentzontle debajo del yax-ché.
¿Lo escuchas?
Suena como niños que se ahogan, como cuando lloras y no puedes respirar. 
Será que alguien se habra muerto, o quizás a alguien se le acaba de romper el corazón, no recuerdo la leyenda... y sin embargo el humo se mete por debajo de las puertas y las bisagras rechinan como aúllan los coyotes, probablemente por el abandono pues el polvo pesa cuando se acumula, y la langosta se cansa.
Soy la noche sin el mar, la luna sin las olas, el veneno a cuenta gotas que lentamente cae por tu garganta, soy veneno para ti y lo sabes, soy veneno para ti. 
No hay ojo de venado, ni limpia de gallina que disperse esta neblina, no hay palenque mas vacío que el que yo te haya ofrecido, ni espejo mas roto que el reflejo de mi rostro. No tengo nada que dar mas que el vacío, el no hogar, la ceniza fría y la orquídea muerta; tu también lo sabes, no lo dices, pero lo sabes, soy veneno para ti. Incienso de embrujo, magia negra... la mala enfermedad. 
Si alguna vez hubo agua de mar para calmar la sed, ahora no hay mas que sombreros de milpa que no tapan del sol en tardes de desiertos, tortilla quemada y nopal espinoso. Yo se que lo vez, los campos marchitos y el maíz que no alimenta, la hemopenia que nos muestra las costillas, la neblina que nos ciega, ya lo único que queda es Mictecacihuatl y el llanto del tzentzontle debajo del yax-xé.