Hoy te mudaste a mi cabeza… con maletas y todo. Cruzaste el travesaño de la puerta y cerraste con llave. Cuando regresé, las paredes ya habían cambiado de color, y había un ligero olor a cereza que sólo aparece en primavera… así es. Hoy te mudaste a mi cabeza… ¿ahora cómo se supone que voy a sacarte?
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